sábado, 13 de julio de 2013

Dolores Correa Zapata




La poetiza, educadora y periodista Dolores Correa y Zapata nació el 23 de febrero de 1853 en Teapa, Tab., y murió el 24 de mayo de 1924 en la ciudad de México. Se tituló en la Escuela Normal de México en 1884 y a partir de ese año inició su apostolado en numerosas escuelas de la capital del país. En una biografía suya, publicada en el Boletín de la Biblioteca Nacional, se explica:

Descendiendo de una familia de maestros, es natura que desde pequeña sintiese una verdadera vocación por el magisterio, y después de terminar sus estudios elementales y superiores, siguió la carrera del profesorado, en la cual, por su dedicación y talento, se distinguió desde muy joven.

Ya recibida se dedicó durante diez años, con todo empeño, a sus nobles tareas de maestra, en diferentes establecimientos oficiales de enseñanza, descollando siempre por sus excepcionales dotes de educadora, que le fueron reconocidos por todos cuantos han tenido la fortuna de escuchar sus lecciones o de hallarse cerca de ella.

Al cabo de ese tiempo, aprovechando la experiencia que había logrado adquirir después de hacer tan largo acopio de datos, la señorita Correa Zapata, que ya era conocida como inspirada poetisa por algunas composiciones publicadas en diarios y revistas, empleó su pluma con acierto en escribir una interesante serie de artículos pedagógicos y científicos que la revelaron como escritora fácil y amena entre el profesorado de la Capital y de los Estados.

Publicó en 1886 su primer libro, un tomo de versos dedicados a su madre y titulado Estelas y bosquejos. En años posteriores se imprimieron sus numerosas obras que sirvieron de texto y de consulta en las escuelas primarias de la República.

Sus principales trabajos didácticos fueron: Moral e instrucción cívica, Economía Política, La mujer en el hogar, Memorias de una maestra, Escuelas y senderos escolares.

Colaboró en Violetas de Anáhuac, 1888 y en 1904 fundó La Mujer Mexicana, órgano de la naciente sociedad femenina “Protectora de la Mujer”, en la que se agrupaban Mercedes Castorena, la licenciada en Derecho María Sandoval del Zarco, Severa Aróztegui, Luz F. Vda de Herrera y Trinidad Orillés.

“Los ideales de superación femenina y de ayuda a los seres desvalidos de la sociedad empiezan a traducirse en obras, y los derechos que la mujer desea adquirir se hacen valer siempre en función de sus obligaciones, de las que aquella se muestra cada vez más conciente”.

Después de viajar por Europa escribió folletos de carácter progresista: El espíritu del pueblo mexicano, De la escuela primaria a la normal, La combustión , El cinco de febrero, La obra del señor Rébsamen, La Federación y la escuela, La obrera mexicana, El desayuno de la obrera Luz, El trabajo, El obrero mexicano y La guerra y la paz. Se le considera una de las preparadas sociales del movimiento revolucionario de 1910.

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