domingo, 30 de octubre de 2011

Bernanrdo Correa y Cidrón




Bernardo Correa y Cidrón nació el 18 de diciembre 1757 en la Villa de San Juan de Tenerife, en las afueras de Santo Domingo. Realizó sus estudios en el Colegio de los Jesuitas y en la Universidad de Santo Tomás de Aquino. En 1771 vestía su hábito sacerdotal, luego de recibir su doctorado.

Se desempeñó como Catedrático de Derecho Canónico y Teología Dogmática en la nombrada universidad y vicerrector del Colegio Seminario.

Luego del la firma del Tratado de Basilea, se trasladó a la vecina isla de Cuba y luego a Venezuela. Al enterase de la difícil situación económica regresó a la colonia.

Fue hombre de confianza del general Luois Ferrand y luego de Joseph du Barquier mientras los franceses tenían absoluto control de la isla.

Formó parte como oidor de la Audiencia Mixta Imperial y se desempeñó como cura de ánimas de la Catedral.

“Vindicaciones y Apologías” es una publicación del Archivo General de la Nación, que compila algunos de sus escritos. Se reúnen cartas que Correa y Cidrón envió a Juan Sánchez Ramírez para disuarlo de la lucha contra los franceses.




Además, expone un discurso pronunciado con motivo de la juramentación de la Constitución española, el 12 de junio de 1820, mientras se desempeñaba como rector de la Universidad Santo Tomás de Aquino. También está su defensa contra las acusaciones hechas por Márquez Jovel, quien le acusó por cinco cargos que fueron rebatidos por el aludido en su Vindicación, mientras se postulaba junto a Jovel y otros, como diputado de Santo Domingo español.

La investigación, preparada y editada por Andrés Blanco Díaz presenta a personaje vivo.

lunes, 24 de octubre de 2011

Diogo Alvares Correa





Diogo Álvares Corrêa



Diogo Álvares Corrêa «Caramuru» (Viana do Castelo, Portugal, 1475 — Tatuapara, Bahia, 5 de octubre de 1557), fue un fue un náufrago portugués que pasó su vida entre los indios de Brasil y que facilitó el contacto de los primeros viajeros europeos con los pueblos indígenas de Brasil . Recibió el apodo de Caramuru (palabra tupí que significa lamprea ) por los indios tupinambás. Es considerado el fundador del municipio bahiano de Cachoeira.
Originario del norte de Portugal, de Viana do Castelo, Diogo Álvares habría nacido alrededor de 1475. Poco se sabe de sus primeros años, salvo que habría arribado a las costa de Bahía entre 1509 y 1510, como naúfrago de un barco francés. Hay historiadores que dicen:
Viajando para San Vicente alrededor de 1510, un hidalgo de la Casa Real Alvares naufragó en las proximidades del río Vermelho en Salvador, en Bahía. Sus compañeros fueron muertos por los indios tupinambás, más él consiguió sobrevivir y pasó a vivir entre los indios, de quienes recibió el apodo de Caramuru, que significa «lamprea».Viajando para São Vicente por volta de 1510, o fidalgo da Casa Real Diogo Álvares naufragou nas proximidades do Rio Vermelho, em Salvador, na Bahia. Seus companheiros foram mortos pelos índios tupinambás, mas ele conseguiu sobreviver e passou a viver entre os índios, de quem recebeu a alcunha de Caramuru, que significa lampreia.
La versión más conocida, tienen como base la leyenda de Diego Alvares Correa, quien habría recibido el apodo por asustar a los indios que le querían comer ( la población indígena del país que era caníbal), matando a un pájaro con un disparo de espingarda. Otra versión del significado del nombre Caramuru hace referencia al hecho de que Diogo habría sido encontrado, supuestamente, por los indios en medio de las rocas y algas de la playa, como una lamprea.

Correia fue bien recibido por los indios tupinambás. El jefe de ellos, Taparica, le habría dado, como esposa, a una de sus hijas llamada Paraguaçu. De acuerdo con el cine y la miniserie de televisión Caramuru - A Invenção do Brasil, Paraguaçu tenía, como hermana, una legendaria india Moema, originalmente citada (sin relación familiar) en el poema Caramuru de Frei Santa Rita Durão.
A lo largo de cuarenta años, Correia mantuvo contactos con los barcos europeos que atracaron en Bahía. Las relaciones comerciales con los normandos le llevaron, entre 1526 y 1528, a visitar Francia, donde fue bautizada su mujer en Saint-Malo, pasando a llamarse Catarina Álvares Paraguaçu, en honor de Catherine des Granches,, la esposa de Jacques Cartier, que fue su madrina. En la misma ocasión, fue bautizada también otra india tupinambá, Perrine, en lo que se basa la leyenda de que varias indias, por celos, habríanse ahogado en el mar para acompañar a Caramuru cuando éste partió para Francia con Paraguaçu.




Durante el gobierno del donatario de la capitanía de Bahía, Francisco Pereira Coutinho, recibió una asignación importante y trató de ejercer una función mediadora entre los colonos y los indios, no consiguiendo, sin embargo, evitar el reencuentro con Itaparica, donde Pereira Coutinho perdió la vida.
Conocedor de las costumbres nativas, Correia ayudó a facilitar el contacto entre ellos y los primeros misioneros y administradores europeos. En 1548, teniendo el rey Juan III de Portugal la intención de establecer un gobierno general en Brasil, recomendó a Caramuru que crease las condiciones para que la expedición de implantación de tal gobierno fuese bien recibida, un hecho que subraya la importancia que llegó a tener el naúfrago ante la corte portuguesa.

Tres de sus hijos (Gaspar, Gabriel y Jorge) y uno de sus yernos (João de Figueiredo) fueron nombrado caballeros por Tomé de Sousa, primer gobernador del Brasil, por los servicios prestados a la Corona Portuguesa.

Su vida inspiró al fraile brasileño Santa Rita Durão a escribir el poema épico Caramuru en 1781. En 2001, su historia se convirtió en la película brasileña Caramuru - La invención de Brasil.

domingo, 23 de octubre de 2011

Antonio Aguilar y Correa






Antonio Aguilar y Correa, Marqués de la Vega de Armijo (Madrid, 1824 - Madrid, 1908) fue un político presidente del gobierno de España (1906-1907).

Biografía
Nació en Madrid en junio de 1824. Comenzó a los 30 años una dilatada carrera política que le llevaría a ejercer destacados cargos públicos durante más de medio siglo. Resultó elegido diputado por vez primera en noviembre de 1854, cuando, durante el Bienio Progresista, se celebraron comicios para formar Cortes Constituyentes. Militó en la Unión Liberal fundada por Leopoldo O'Donnell, de quien se convirtió pronto en seguidor y quien a su vez le nombró varias veces ministro en su segundo y tercer gabinete: fue así ministro de Fomento entre 1861 y 1863, de Gobernación desde enero de 1861 hasta 1863 y, de nuevo, desempeñó el cargo de ministro de Fomento entre 1865 y 1866.
Fallecido su protector en 1867, el Marqués pasó a engrosar las filas políticas del general Francisco Serrano, junto al cual participó en la preparación de la Revolución de 1868 que llevó al destronamiento de Isabel II y al inicio del Sexenio Democrático. Embajador en Francia en 1874, desde el inicio de la Restauración militó en los grupos que habrían de conformar el Partido Liberal encabezado por Práxedes Mateo Sagasta. Éste le nombró en tres ocasiones ministro de Estado (máximo responsable de la diplomacia española): entre 1881 y 1883, desde 1888 hasta 1890 y, finalmente, entre 1892 y 1893. Además, fue Presidente del Congreso en 1898, 1899, desde 1901 hasta 1903, así como en 1905.




Ya durante el reinado de Alfonso XIII fue presidente del gobierno de 1906 a 1907, entre dos gabinetes liderados respectivamente por Segismundo Moret y Antonio Maura. Su breve jefatura gubernamental se limitó a aprobar los presupuestos generales para 1907. Había presidido asimismo las reales academias de la Historia, y de Ciencias Morales y Políticas, temas sobre los que publicaría diversas obras. Falleció en Madrid el 13 de junio de 1908.


sábado, 22 de octubre de 2011

Juan Correa de Vivar

Juan Correa de Vivar (Mascaraque, c. 1510 - 16 de abril de 1566) Pintor renacentista español

Su fecha de nacimiento debió rondar hacia el año 1510, siendo su padre de Mascaraque y la familia materna de Portillo de Toledo. Se desconocen los nombres de sus progenitores, pero se sabe que gozaban de una posición acomodada tal como se demuestra en los múltiples bienes que fueron del artista. Juan tuvo dos hermanos, Eufrasia y Rodrigo, cuyo hijo también Rodrigo fue aprendiz con el tío y continuó algunas de las obras dejadas a la muerte de éste. En Mascaraque poseía una gran casa y tierras a las que volvía el pintor de tiempo en tiempo a descansar de sus viajes y trabajos, aunque siempre fue vecino de Toledo.

Nunca se casó y fue hombre religioso tal como puede leerse en su testamento, del que hay una copia en el archivo parroquial de Mascaraque. Dejó como única heredera de sus bienes a su alma, es decir, que estos serían empleados para la realización de obras de caridad, misas o para la fundación de una capellanía que perpetuó en la iglesia de Mascaraque y cuyo primer beneficiario fue su sobrino Rodrigo de Vivar.

En siglos posteriores su arte no decayó en la estima de los tratadistas, aunque su biografía quedó sepultada en el olvido.Antonio Ponz en 1773, hombre de fino olfato estético, decía refiriéndose a las pinturas que se conservaban de mano de nuestro maestro en el monasterio de San Martín de Valdeiglesias lo siguiente: “Se sabe que las pintó un célebre profesor llamado Correa… Dicho Correa fue sujeto eminente, y aunque en sus pinturas hay algo que sabe a gótico, es poquísimo. El tal pintor hubo de ver a Rafael y aún estudiarle… pues se ven cosas en las suyas que lo manifiestan bastantemente. Tiene excelentes expresiones: sus pinturas son acabadas y muy bien coloridas.



Por aquellas fechas poco se sabía de su vida, ni tan siquiera su nombre, sólo el apellido, pero sin embargo se admiraba su estilo de clara influencia italiana. Ceán Bermúdez publicó en 1800 un célebre diccionario de artistas y en el artículo dedicado a Juan Correa tampoco sabía su nombre pero volvía a repetir las afirmaciones de Ponz apuntando que debía haber estudiado en Italia o con alguno de los que allí habían estado. Realmente la reconstrucción de su biografía se ha hecho en el siglo XX, sin embargo su estilo ya fue definido magistralmente por el académico Antonio Ponz.

Se conoce por algún documento que se formó en el taller de Juan de Borgoña, el más importante maestro asentado en Toledo durante las primeras décadas del siglo XVI. Borgoña se movió en un estilo donde se rastrean influencias italianas por una parte, e hispanas y nórdicas por otra. En el taller de Borgoña nuestro joven aprendiz, de no más de 17 ó 18 años, convivió con otros, con algunos de los cuales como Pedro de Cisneros mantendría vínculos duraderos.



Correa falleció en Toledo el 16 de abril de 1566 en la colación parroquial de San Miguel, donde residía. Días después, como así lo había dispuesto, fue enterrado en Mascaraque, en el sepulcro donde reposaban los restos de sus padres. En la almoneda de sus bienes estuvieron todos los amigos del pintor, que por aquel entonces eran la élite artística de la Ciudad Imperial, como los arquitectos Alonso de Covarrubias o Nicolás de Vergara el viejo, el escultor Francisco de Linares o los pintores Diego de Aguilar y Blas Pablín.

viernes, 21 de octubre de 2011

La Difunta Correa


La Difunta Correa habría sido una mujer linda, de buen porte, y “se dice que por aquellos tiempos había en la zona un comisario que quería requerir de amores a la joven esposa y madre Deolinda Correa” Y al pasar el reclutamiento “la leva” como se le llamaba entonces, para incorporar nuevos soldados a las fuerzas montoneras, reclutan al joven esposo Baudilio Bustos y lo quieren llevar por la fuerza. La tradición dice que fue contra su voluntad. Al quedar desamparada sin su esposo indudablemente corría peligro. Su futuro cierto, tarde o temprano era ser mancillada,y convertirse en concubina obligada del Jefe de la zona. 
    
Solo se abrían ante Deolinda dos caminos: aceptar al otro hombre que no era su marido y convertirse en amante infiel, o huir siguiendo la ruta seguida por la montonera con la esperanza de aguantar la sed entre aguada y aguada, y encontrarse con algunos arrieros que la ayudaran a llegar a las bases riojanas de las tropas Montoneras, y por lo menos convertirse en una de las tantas mujeres que solían seguir fielmente a sus hombres en los campamentos. Y es así que sale con su hijo en brazos siguiendo el camino de la tropa que había llevado a su marido.

Se habría ido con el niño pues no podía dejarlo en ningún pariente o vecino porque corría el seguro peligro de que el comisario convirtiera a su hijo en rehén, para exigir el regreso de Deolinda y la entrega abominable en su lecho. Ante la situación insostenible, Deolinda Correa salió tras los pasos de su esposo llevando en, los brazos a sus hijo. Lo hace sin animales y con ropa liviana, solo una botella de agua. Comenzó el viaje con ausencia total de cualquier previsión o preparativo. Todo dá la idea de una partida súbita, de una huída.

Habría salido desde su casa en calle Dos Álamos ubicada en la zona denominada La Majadita del hoy Departamento 9 de Julio de la Provincia de San Juan que desemboca en el río San Juan cruzando posiblemente en una balsa dirigiéndose a “Villa Independencia”, antigua zona capital de Caucete. Desde allí habría querido seguir el camino de la tropa montonera y queriéndose ocultar porque iba huyendo, se habría perdido entre los cerros y médanos deambulando sin rumbo antes de encontrar “Vallecito”, a donde habría llegado exhausta y sin agua ya en los límites de su fuerza y de su vida.- Allí habría subido al cerro mas alto del lugar, y sin encontrar ninguna esperanza de vida baja hasta el río seco, se sienta, y en su última expresión de amor abraza a su hijo hacia su pecho, trata de darle de mamar y le pide a Dios por su hijo, y mientras va muriendo de sed sigue alimentado y saciando la sed del niño….Y así los encontraron los arrieros.      

Murió por amor, por ser fiel siguiendo a su esposo. Murió amamantando a su hijo. Murió como ejemplo de amor a dos grandes amores en la vida de una mujer: su esposo y su hijo.       

Cuando los arrieros encontraron a la Difunta Correa, la enterraron y pusieron una cruz. También dice la tradición y algunos documentos encontrados que en las últimas décadas de 1800, ya era conocida por la transmisión oral en las noches de fogones arrieros, el coraje y el amor de la Difunta Correa, aquella difunta que por ser fiel mujer habría encontrado la muerte, y que por aquel entonces se le habrían pedido gracias a la “difunta Correa” y ésta las habría concedido. Así hay una misa encargada en su nombre en 1883 y una lápida que dice (con error de ortografía) “Recuerdo de gratitud y justicia a la caritatiba alma Difunta Correa Q.E.P.D. Junio de 1895”. O sea, hacia fines de 1800 ya se conocía a la “Difunta Correa” como alma que concedía favores.

Pero fue en el año 1898 en el que la Difunta Correa produce un gran milagro que por su asombrosa realidad trascendió todos los pueblos de argentina y corrió la fama por toda Latinoamérica. Sobre este milagro si bien es el mas conocido pues desde allí se extendió la fama de la Difunta Correa, su conocimiento era muy difuso porque no se había precisado ni época en que se hizo ni a quienes se les hizo, lo que llevaba la confusión al punto que algunos autores llegaron a escribir erróneamente que fue hecho el milagro a los arrieros que la encontraron. Ello es absolutamente erróneo pues el gran milagro fue hecho aproximadamente 50 años después de la muerte de la Difunta Correa.

Había por aquellos tiempos un arriero conocido en el Oeste Argentino, Don Pedro Flavio Zeballos, también llamado por un autor Flavio Estanislao Zeballos, y conocido también como “Don Claudio”. Su fama se extendía por Córdoba, Santiago del Estero, la Rioja, San Juan, San Luis y Mendoza, y que solía llevar ganado a Chile donde existía un mejor precio para la carne vacuna. Había sido contratado por una señora radicada en Córdoba para llevar quinientas cabezas de ganado a Chile y venderlas. “Don Claudio sale con su gente y con su tropa a cumplir el encargo y se dirige al Oeste. Pasados unos días de marcha y ya atravesando San Juan, decide hacer noche acampando en Vallecito” “Encontrándose acampado con sus arrieros y el ganado, comienza una gran tormenta, los animales se inquietan, hasta que ante el fragor inusitado de la tormenta los animales huyen espantados”. Basta un mínimo de imaginación parta contemplar un escenario de 500 animales espantados. Don Flavio Zaballos que era un gaucho de ley, habrá sufrido toda la angustia de tener que responder y perder toda la confianza, no solo de quien lo había contratado como baqueano y arriero para llevar su ganado a Chile-la viuda de Tello-, sino también la pérdida del prestigio y reputación ante los pobladores de varias provincias del Oeste Argentino ante quienes tenía fama de inquebrantable cumplidor. Ya nada le quedaría. Por aquella época ya habían mentas de los milagros que solía hacer aquella mujer que muriera en Vallecito amamantando a su hijo, la Difunta Correa; y contaba don Contreras Zeballos un nieto del arriero, que su abuelo y la tropa habían acampado a la altura de un barranco en la que había una cruz que indicaba la presencia de una difunta: era la cruz de la Difunta Correa.

El paisano que indudablemente creía que las almas de los difuntos fallecidos en gracia de Dios tienen poder, el poder que deriva de estar en unión con Dios, le pidió fervorosamente delante de los integrantes de su tropa: “Difunta Correa, te pido protejas a los animales y si los puedo recobrar te hago una manda (promesa), que vendré y te construiré una capilla para cubrir tu tumba y tu cruz”. Al día siguiente, pasada la tormenta salieron a buscar los animales. Es de imaginar el espíritu de aquellas gente, una gran tormenta había producido la estampida de los animales, y los mismos podrían encontrarse en cualquier lugar, habrían salido en las cuatro direcciones cardinales, y en la oscuridad y la tormenta, muchos habrían caído en barrancos, estarían quebrados o muertos, otros muchos perdidos en lejanías… pero la Difunta Correa había trabajado como una buena arriera celestial y encontraron a todos los animales juntos en una cuesta que terminaba en una quebrada, no se había perdido ni uno solo. Se había producido el primer gran milagro a pedido de Don Flavio Zeballos un hombre bueno y correcto y arriero de ley.

Era indudablemente un milagro. La quebrada era el final de una larga y empinada cuesta que desde entonces y para siempre se llamó “La cuesta de las vacas”. Y al arriero Zeballos con justeza podemos bautizarlo como “el arriero del milagro” ya vuelto de Chile don Flavio Zeballo cumplió “la Manda” y erigió la primera capilla que cubrieron la tumba Y LA CRUZ DE LA DIFUNTA CORREA.     



Este gran milagro fue un reguero de pólvora que se extendió a todos los confines del país y aún de países limítrofes, y desde entonces todo arriero o viajero que pasaba por Vallecito visitaba la cruz de la Difunta Correa. Los transportistas de ese entonces que solían ser los arrieros llevando mercaderías en sus carretas, se transformaron con el tiempo y la era de las máquinas y motor en los transportistas de hoy, los camioneros, por eso que todo camionero que pasa por Vallecito visita La Difunta Correa. Hoy “La Difunta Correa” es motivo de estudio e investigación de Centros de estudios y Universidades de todo el orbe.
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Rafael Correa


Rafael Correa
Presindente de la Republica de Ecuador

Rafael Vicente Correa Delgado (Guayaquil, Ecuador, 6 de abril de 1963) es un político y economista ecuatoriano. Es el actual Presidente de la República del Ecuador desde su victoria en las elecciones presidenciales de 2006 y su posterior revalidación del cargo en las elecciones de 2009. En 2009 fue presidente pro tempore de la Unión de Naciones Suramericanas.
Correa fue ministro de Economía en el gobierno de Alfredo Palacio en 2005. Tras su ruptura con el gobierno fundó el movimiento político Alianza PAIS, con el que ganó las elecciones de 2006, asumiendo el cargo de Presidente el 15 de enero de 2007. Durante su mandato tuvo lugar la promulgación de la actual constitución ecuatoriana en 2008.

Descendiente del político chileno Rafael Correa de Saa y Lazón, Rafael Correa Delgado nació en un hogar de clase media en el centro de Guayaquil. Su padre fue Rafael Correa Icaza, nacido en la provincia de Los Ríos, Ecuador, el 23 de marzo de 1934 y fallecido el 10 de junio de 1995; su madre es Norma Delgado Rendón, nacida el 1 de septiembre de 1939. Sus padres tuvieron tres hijos más: Fabricio Correa, Pierina Correa y Bernardita Correa.
Está casado con Anne Malherbe, profesora de nacionalidad belga nacida en 1969, a la que conoció en 1990, en la Universidad Católica de Lovaina, siendo ésta madre de sus tres hijos: Sofía, Anne Dominique y Rafael Miguel.








Antepasados



16. Rafael María Correa Soberón
8. Rafael María Correa Espinosa
17. Dolores Espinosa
4. Rafael Antonio Correa Pérez
18. N. Jurado
9. Victoria Jurado Pérez
19. N. Pérez
2. Rafael Correa Icaza
20. Tnte. Cnel. Octavio Icaza García
10. Edmundo Santiago Icaza Valverde
21. Asunción Valverde Letamendi
5. Sara Icaza Mora
22. Antonio Medardo Mora
11. Mercedes Mora Crespo
23. Ángela Crespo Elizalde
1. Rafael Correa Delgado
24. Pedro Delgado López
12. Simón Delgado Gutiérrez
25. Juana Evangelista Gutiérrez
6. Valentín Delgado Cepeda
26. N. Cepeda
13. Susana Cepeda López
27. N. López
3. Norma Delgado Rendón
14. N. Rendón
7. Luz Isabel Rendón Rendón